jueves, 5 de noviembre de 2015

Cómo evitar el calentamiento global



La humanidad tiene la capacidad de destruir el planeta, pero también la posibilidad de ayudar a protegerlo y sostenerlo. El calentamiento global es un problema demasiado grande para que una sola persona lo resuelva, pero puedes hacer tu aportación al hacer elecciones respetuosas con el medio ambiente e inspirar a otros para tomar acción colectiva. Este artículo te dará buenas ideas para que tú también ayudes a proteger nuestro bello planeta Tierra.

Método 1 de 4: Apoyar la acción social

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Mantente informado acerca del calentamiento global. El calentamiento global influye negativamente en millones de vidas diariamente debido a los patrones destructivos de clima y la pérdida de hábitats. Estar bien educado al respecto es el primer paso importante para tomar acción. A nivel personal, serás más apto para cambiar tu estilo de vida si conoces los hechos; a nivel político, estarás más preparado para informar a otros e inspirar cambios si te empapas del tema. 

o    Sir John Houghton, un especialista climático y miembro del Cuerpo de Trabajo del IPCC, comparó las catástrofes como olas de calor, inundaciones, sequías y tormentas a la punta del iceberg, porque, aunque hoy ya impactan en nuestra vida notablemente, serán nuestros hijos y nietos quienes sufrirán los peores efectos del calentamiento global. Cientos de millones de personas estarán expuestas al hambre, escasez de agua, condiciones atmosféricas extremas y a la pérdida del 20-30% de las especies vegetales y animales si no logramos reducir el avance del calentamiento global y la emisión de gases de efecto invernadero.
o    Por otro lado, tener inviernos más cálidos significa temporadas de cosecha más largas en climas templados y sub árticos, lo que permite cultivar ciertas especies donde antes no se podía y cosecharlas cada año, o simplemente hacer que los cultivos existentes sean más productivos. Conocer bien ambos lados de la historia te hará más útil para la causa.
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Consigue que otros se interesen en la causa. Una forma muy buena de ayudar al planeta es conseguir que más personas se impliquen. Cuantas más pruebas científicas tengas para respaldar tus palabras, más fácilmente persuadirás a otros para que hagan cambios simples pero importantes en su comportamiento cotidiano. Algunas técnicas de ahorro de energía son caras al principio (como la energía solar), o toman algo de tiempo extra (como reciclar), así que hay que convencer a las personas de que sus esfuerzos valen la pena. 

o    Demuestra los beneficios de estas actividades y destaca cómo cada persona puede jugar un papel importante en la reducción del calentamiento global. Usa ejemplos para demostrar qué sucederá si no se toma acción.
o    Recuerda que la sociedad en general no responde bien a los consejos morales, así que usa la educación para iluminar, no para asustar.
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Influye en tu gobierno. Vota por candidatos que se preocupan por las soluciones medio ambientales. Contacta con funcionarios del gobierno para exponer tu posición mediante llamadas telefónicas, e-mail y cartas. Asiste a reuniones con los que te representan en los diferentes gobiernos. 

o    Aprende tanto como puedas de las políticas que defiendes antes de hacer esto; resolver un problema a menudo puede crear otros. Por ejemplo, reemplazar las bombillas de incandescencia por lámparas ahorradoras de energía ha aumentado la amenaza de contaminación por mercurio en hogares y vertederos. Las lámparas fluorescentes siguen siendo preferibles, pero hay que ser muy cuidadoso a la hora de reciclarlas para no romperlas, dejando así que el mercurio que contienen se esparza en el ambiente. Otro ejemplo es el aumento de cultivos de maíz para desarrollar combustibles, lo que ha contribuido a la subida de la comida pero muy poco (o nada) al ahorro de energía.
o    Has de saber que las prácticas industriales perjudican mucho más al medio ambiente que las acciones de los individuos. Si se desea acabar con el calentamiento global, es imprescindible que las grandes corporaciones industriales adopten prácticas de producción y distribución más amables con la naturaleza.

Método 2 de 4: Cambiar tus hábitos de consumo

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Escoge alimentos vegetarianos o veganos. El ganado mundial emite más gases de efecto invernaderos que el transporte mundial. Esto se debe a las enormes cantidades de petróleo que se emplean para producir fertilizante de nitrato amónico (para el maíz que alimenta al ganado) más el costo de distribuir este alimento a cada granja, y luego llevar el ganado al matadero y esa carne a los mercados. Al escoger alimentos vegetales también se reduce el consumo agrícola de agua y el uso de la tierra, y se favorece la biodiversidad. 

o    Cuando consumas carne, asegúrate de que sea carne local, que no haya tenido que viajar grandes distancias hasta llegar a tu mesa.
o    Trata de que, tanto los vegetales que consumas como la carne, provengan de explotaciones pequeñas y cercanas en lugar de grandes granjas industriales, las cuales suelen emplear métodos dañinos para el medio ambiente
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Reutiliza y recicla más. Usa botes de basura diferentes para separar cristal, plástico, papel, cartón y otros productos reciclables. Anima a tus vecinos, supervisores, colegas y clientes a hacer lo mismo (15-25% de las personas no recicla). 

o    Usa bolsas de la compra reutilizables en lugar de bolsas de plástico o papel.
o    Haz compost con los residuos orgánicos en lugar de tirarlos a la basura.
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Usa recipientes reutilizables. Prueba a usar una botella para el agua que puedas rellenar en lugar de comprar una nueva cada día. Así reducirás tus residuos y ahorrarás dinero también.
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Compra productos con poco envoltorio. Menos empaquetado significa menos basura; si no empleáramos envoltorios para los productos podríamos ahorrar unos 600 kg de dióxido de carbono y 1 000 dólares anuales en promedio. Si observas que el empaquetado de un producto es excesivo, escribe a la compañía para presentarle tu disconformidad y animarles a empaquetar más responsablemente. Puedes darles alguna sugerencia.
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Reduce el uso de papel. Decide si vale la pena imprimirlo antes de dar click a “imprimir”. Deja un mensaje al final de tus e-mails recordando al lector que lo piense dos veces antes de imprimirlo. 

o    Usa el papel impreso que ya no sirva para hacer la lista de la compra, notas, mensajes telefónicos, tomar apuntes en clase, etc. ¡Recicla tu papel solo cuando ya lo hayas usado bien!
o    Cuando imprimas algo, asegúrate de usar papel 100% reciclado. Ahorrarás 2,5 kg de dióxido de carbono por paquete.
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Compra productos hechos o cultivados en tu localidad. De esa forma se reduce el consumo de energía del transporte de mercancías. Los productos de consumo que compramos representan más de la mitad de la huella de carbono de una familia. 

o    Si todos tus vecinos se animan a comprar productos locales, los dueños de las tiendas se verán alentados a ofrecer más productos locales.
o    Compra a los productores, como en mercados callejeros o tiendas pequeñas, en lugar de hacer tus compras en grandes supermercados o cadenas comerciales.
o    Compra en tiendas y boutiques locales en lugar de ir al centro comercial.
o    Elige restaurantes locales en lugar de cadenas de restaurantes de comida rápida.
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Sigue el rastro de tu consumo de carbono. Usa una calculadora de carbono para saber cuán grande es tu huella de carbono. Este tipo de cálculo te permite conocer tu impacto personal sobre el medio ambiente al ir sumando el carbono necesario para tus actividades. 

o    Hay contadores de emisiones disponibles en muchos países; usa un buscador en internet para obtener resultados. Existe un contador de ese tipo provisto por el Instituto Mundial de Recursos.
o    Algunas compañías colocan un logo en sus productos que indica la cantidad de carbono emitido para lograr que ese artículo llegue a tus manos. Los productos que tienen un número bajo en su huella de Carbono Contado dan la oportunidad de recompensar al cliente y a la compañía por su concienciación con el medio ambiente.

Método 3 de 4: Reducir tu gasto energético

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Usa fluorescentes compactos o luces LED. Sustituye tres bombillas normales con mucho uso por tres bombillas ahorradoras y ahorra 150 kg de dióxido de carbono y 60 dólares al año. Una bombilla ahorradora puede evitar que se desperdicie un tercio de tonelada de gases de efecto invernadero y el costo de seis bombillas de incandescencia durante su vida útil. 

o    Recuerda que las lámparas ahorradoras y fluorescentes contienen pequeñas cantidades de mercurio muy tóxico. Por lo tanto, es imprescindible desecharlas apropiadamente para evitar contaminación adicional en los vertederos.
o    También puedes empezar a buscar bombillas LED, que se están poniendo de moda y son todavía más eficientes y duraderas ¡y no contienen mercurio!
o    Plantéate sustituir todas tus luces con bombillas más eficientes, regala algunas a tus amigos y familiares y dona un juego de ellas a una agencia local de caridad para sus oficinas.
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Llena tu lavaplatos. Pon a funcionar tu lavatrastos solo con carga máxima. Así ahorrarás 50 kg de dióxido de carbono y 40 dólares al año. O mejor aún, lava los platos a mano usando el mínimo de agua posible.
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Apoya a los productores de energía renovable. Incentiva el mercado de energías limpias participando en él. En el Reino Unido puedes conseguir que el 100% de tu energía eléctrica provenga de compañías como Ecotricity or Good Energy Ltd. También puedes comprar tarjetas verdes o invertir en compañías de energías renovables. Muchas de estas compañías son nuevas y pequeñas y sus acciones son baratas. Tales compañías pueden resultar ser muy rentables; solo asegúrate de hacer tus deberes e investigar bien antes de hacer cualquier inversión.
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Aísla tu casa. Debes aislar cualquier cosa que use energía para mantenerse a diferente temperatura que su entorno. 

o    Mantén bien aislado tu calentador de agua para ahorrar 500 kg de dióxido de carbono y 40 dólares al año. Evita los modelos con pilotos encendidos continuamente y ahorrarás otros 40 dólares y 200 kg de gases de efecto invernadero anualmente. Trata de usar menos agua caliente. Por ejemplo, si la ducha sale muy fría, corta el agua fría en lugar de abrir más el grifo de la caliente.
o    Se energéticamente sabio y aísla tu casa completamente para mantener bajos los gastos de calefacción y aire acondicionado. Si tu aislamiento es viejo o poco eficiente, hazte un favor y reemplázalo; no solo reducirás el gasto energético sino también tu factura mensual de electricidad. Examina el ático, los pasillos, el sótano los muros exteriores y el techo. Si tienes espacios incómodos que aislar con fibra de vidrio o celulosa, contrata a un profesional.
o    Aísla tu casa de los elementos. Coloca cinta de burlete en las puertas, ventanas y conductos de aire acondicionado. Ahorrarás 800 kg de dióxido de carbono y 274 dólares al año. Comprobarás que el costo del burlete es mínimo en comparación con el ahorro y confort que proporciona.
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Reemplaza los electrodomésticos viejos y reduce tu dependencia de ellos. Los aparatos eléctricos poco eficientes (como refrigerador, lavaplatos y aires acondicionados) desperdician mucha energía. Ahorra cientos de libras de dióxido de carbono y cientos de dólares reemplazándolos por nuevos (y recicla apropiadamente los viejos). 

o    Muchos países cuentan con escalas de eficiencia energética para etiquetar los aparatos eléctricos. Estas etiquetas te permitirán conocer el consumo del aparato antes de adquirirlo. Comprueba en Internet la eficiencia de un aparato en concreto antes de ir de compras para ahorrar tiempo y comprobar los sellos de tu refrigerador o congelador y reemplazarlo si tiene signos de desgaste.
o    Ya que te pones, vuelve a valorar si realmente necesitas todos tus aparatos eléctricos, como aparatos de aire acondicionado o ventiladores. Prueba a abrir más a menudo las ventanas (y de paso sacas el aire viciado) y refréscate naturalmente. Otros aparatos que puedes desechar son los mal llamados “ahorradores de tiempo” de tu cocina.
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Desenchufa los aparatos que no estés usando. Aunque los aparatos estén apagados, usan energía si están conectados a la corriente. 

Puedes ahorrar hasta 500 kg de dióxido de carbono y 256 dólares al año si estás al tanto de desenchufar toso los aparatos electrónicos o usando una regleta de enchufes con interruptor. Acostúmbrate a desconectar todo al irte a la cama.
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Usa un modelo de empuje para cortar el césped. Usa tus músculos en lugar de combustible fósil y haz ejercicio a la vez. Ahorra unos 40 kg de dióxido de carbono al año.

Método 4 de 4: Usar transporte verde

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Usa el transporte público. Tomar el autobús, el tren, el metro u otros medios de transporte colectivo rebaja el tráfico y disminuye la emisión individual de gases contaminantes en unos 800 kg al año. Usar el transporte público también te ayuda a reducir tu estrés y te da la oportunidad de pensar, leer y relajarte. También te ahorra gastos de parqueo y tiempo perdido buscando dónde aparcar.
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Pedalea. Una solución muy sencilla es tomar tu bicicleta en lugar del automóvil. Seguramente te encontrarás con problemas como falta de caminos apropiados, tráfico peligroso o congestionado, caminos empinados, etcétera, pero puedes superar esos inconvenientes con un poco de determinación. 

o    Pide a tu municipalidad que habilite más carriles para bicicleta en tu área y exige que los ciclistas puedan desplazarse con seguridad igual que los peatones tienen tal derecho. Consigue involucrar en la petición a más vecinos, a toda la calle o ¡al barrio entero!
o    Si tu territorio tiene muchas cuestas, también hay soluciones. Fortalece tus piernas con viajes cortos, busca rutas alternativas o toma el bus en la parte más difícil (muchos autobuses permiten subir la bicicleta o tienen un habitáculo especial para ellas).
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Usa tu vehículo como una herramienta contra el calentamiento global. Si no puedes vivir sin automóvil, entonces úsalo de forma que minimices su impacto ambiental. 

o    Compra un vehículo híbrido. El conductor promedio puede ahorrar 8 000 kg de CO2 y 3 750 dólares al año si conduce un híbrido. Los automóviles híbridos de carga eléctrica comercial pueden ahorrar incluso más y algún día pueden hasta devolverte dinero.
o    Compra un coche de consumo eficiente. Ahorra más de 10 000 kg de CO2 al año usando un coche con menor gasto de combustible. Esto supone un ahorro de 10 000 dólares durante la vida útil de un coche. Al adquirir un automóvil de este tipo, animas a los fabricantes a mejorar sus diseños para ofrecer ese tipo de vehículos al público.
o    Practica la conducción verde. Ahorra combustible y rebaja tu estrés siendo un conductor considerado. Mejora la eficiencia quitando objetos externos innecesarios como alerones o adornos, apaga el motor si has de esperar más de 1 minuto, y saca cualquier peso innecesario del interior. [2]
o    Mantén los neumáticos correctamente inflados. Los neumáticos con poco aire pueden aumentar el consumo en un 3% y son más propensos a desgastarse prematuramente y a pincharse. Comprueba la presión una vez al mes. Ahorra 125 kg de CO2 y 840 dólares al año.
o    Cambia el filtro del aire. Comprueba el estado del filtro del aire de tu automóvil cada mes y ahorra 400 kg de CO2 y 130 dólares al año. Limpiar el filtro del aire mejora tu kilometraje por depósito y reduce la contaminación ya que ayuda al motor de tu coche a hacer una mezcla gasolina/aire apropiada.

Consejos

  • Plantar árboles compensa las emisiones de carbono y la contaminación. Hay organizaciones que te ayudarán a compensar tu huella de carbono.
  • Trata de consumir menos productos para conservar los recursos y controlar el desperdicio. Alquila juegos y películas en lugar de comprarlos, o adquiérelos en ventas de garaje o tiendas de segunda mano.
  • Responsabilízate del gasto energético de tu oficina. Muchas oficinas mantienen el aire acondicionado, las computadoras y las luces encendidas toda la noche. Trabaja en esto con tus compañeros y supervisores para que se apague todo cuando no se use, o se empleen dispositivos ahorradores de energía.
  • Cultiva plantas de crecimiento rápido. Plantas como el bambú crecen más rápido y producen un 35% más de oxígeno que árboles como el roble o el abedul, y requieren menos químicos y cuidados. Asegúrate de que las plantas sean adecuadas al área; son preferibles las plantas autóctonas que las foráneas y no cultives plantas problemáticas o invasivas. El bambú puede ser muy invasivo en ciertas áreas.
  • Trata de usar más agua del grifo y menos embotellada. Al hacerlo se reducen los costos de embotellamiento y transporte.

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